La ciudadanía ha recibido con beneplácito el anuncio del jefe del Gabinete, Jorge del Castillo, de que sus ministros respetarán las luces rojas y demás reglas de tránsito y no buscarán privilegios cuando circulen por la ciudad.Se trata de pequeñas pero importantes señales de un cambio significativo en la manera de ejercer la política. Todos recordamos con indignación las caravanas de vehículos gubernamentales que hacían tabla rasa de las más elementales reglas de tránsito.Esto era no solo una irritante y reveladora falta de respeto a la ciudadanía que los eligió, sino también una pésima manera de ejercer la autoridad. ¿Cómo puede gobernar bien quien incumple leyes básicas que todos debemos cumplir? No solo eso. Dichas caravanas de camionetas con lunas polarizadas y circulinas acostumbran cerrar el paso a los demás vehículos y muchas veces han causado graves accidentes.En tal contexto, el anuncio de Del Castillo es una buena señal. Si nuestras autoridades sienten que son efectivamente servidoras de la ciudadanía y la ley, tienen que ser las primeras en cumplir las normas.