Por primera vez en mucho tiempo, las empresas eléctricas se ponen de acuerdo en algo. Y eso es en su crítica hacia Osinergmin por su determinación de reajustar las tarifas de distribución eléctrica para Lima, Callao e Ica en hasta -16% por los próximos cuatro años."En este tema estamos más que juntos, pues si esto sucede con las distribuidoras, ¿qué sucederá después con las generadoras y transmisoras?", refirió Rosa María Flores-Áraoz, CEO de Kallpa, en el Día de la Energía 2018. Osinergmin ha puntualizado que el reajuste (de -10% a -16%) tiene por objeto que los usuarios residenciales cuenten con tarifas eléctricas más eficientes, sin perjuicio de la operatividad del sistema. De hecho, el regulador ha señalado que la tarifas domiciliarias se reducirán en hasta 4,3% (caso de Ica). Sin embargo, las distribuidoras de Lima y Callao advierten que ello se conseguirá a costa de la "precarización y continuidad del servicio", pues la rebaja afectará fuertemente sus ingresos e inversiones."Acá no estamos hablando de una simple afectación de 3 o 4 millones de dólares, sino de US$50 millones anuales para los dos empresas grandes (Luz del Sur y Enel). Eso a nivel de Ebidta, pues, a nivel del valor de ambas empresas, el impacto será de US$500 millones a US$600 millones", anota Mile Cacic, gerente general de Luz del Sur. Enel Distribución ha calculado que la aplicación del nuevo esquema tarifario erosionará sus ingresos en 10% y restará valor a sus activos en 22%. "Hemos invertido US$713 millones en infraestructura de distribución en el último quinquenio y deberíamos invertir una cifra similar en los próximos cinco años. Ahora, no sabemos qué sucederá", advierte José Manuel Revuelta, CEO de la trasnacional eléctrica.