La última encuesta de CPI a nivel nacional que publicamos en esta edición es la constatación empírica de que ya se está produciendo el temido transvase de las lealtades políticas oficiales a favor de los llamados outsiders. ¿Quiénes bajan en la encuesta? Pues Valentín Paniagua, Alan García y Lourdes Flores. ¿Quiénes suben? Alberto Fujimori, Luis Castañeda Lossio -el de mayor crecimiento-, Alberto Andrade, Alex Kouri, Antauro Humala, Yehude Simon y Marco Antonio Arrunátegui.¿Casualidad? ¿Simple epifenómeno? ¿Resultado de la campaña mediática de quienes quieren tirarse abajo el sólido sistema democrático de partidos en el Perú?Desde todas las orillas ideológicas, este fenómeno se viene vislumbrando y anunciando. Lo que queda por determinar es si estamos ya, acaso, ante una tendencia irreversible, o hay algo que los partidos tradicionales puedan hacer para evitar la diáspora.La pusilánime actitud de la clase política frente al mediocre gobierno de Toledo, la desastrosa imagen del Congreso, y la sensación pública de que la democracia no sólo no ha traído prosperidad, sino que ha sentado el principio del desorden y el caos social, son, de hecho, factores que explican en gran medida lo que está ocurriendo. ¿Eso se podrá transformar con gestos de impacto o tácticas psicosociales finas? Honestamente, lo vemos muy difícil, menos aún si el entusiasmo ya debe estar asentándose en los predios de los "nuevos".En el fondo, es la factura que el país le está pasando a quienes regresaron al poder después de la década del ’90 y no estuvieron a la altura de las circunstancias, que no entendieron que el país había cambiado radicalmente, que se limitaron a judicializar al fujimorismo sin calibrarlo como fenómeno social transformador, que se refugiaron nuevamente en los tics cortesanos y palaciegos de antaño. Se les dijo, en todos los tonos. Y no hicieron caso. Que no se quejen, pues, ni busquen explicaciones que no están sino en su propio seno, señala el director del diario Correo, Juan Carlos Tafur.