Luego de 20 años Alan García volvió al hemiciclo del Congreso de la República. Con más canas, más peso y con una vista que puso en evidencia el paso de los años, pues necesitó de gruesos anteojos para la lectura del mensaje.En la sede legislativa, esta vez, en lugar de Luis Alberto Sánchez estaba Mercedes Cabanillas presidiendo el Parlamento, sin embargo el gesto del entrante mandatario ayer fue el mismo que el de 28 de julio de 1985: tomar la banda presidencial y colocársela él mismo distanciándose del protocolo.Sus primeras palabras apuntaron a los pobres. "Esta es la situación que recibimos: más exportaciones, es verdad, y con ellas más crecimiento del Estado. Pero en la otra orilla, una catástrofe social en la que por lo menos 13 millones de peruanos viven en la pobreza y de ellos, cinco millones en la mayor miseria. Eso explica el voto nacional de protesta porque el pueblo exige un cambio social, mayor dinamismo y menor gasto del Estado", remarcó.Mientras los aplausos interrumpían intermitentemente su discurso, García continuaba: "El Perú no está tan bien como dicen algunos, pero tampoco está en la situación pésima o irrecuperable que dicen otros, porque esta última perspectiva nos precipita al caos o al enfrentamiento".Antes de detallar las metas de su segundo gobierno, García Pérez se dirigió a cada peruano para rescatar el valor del deber: "Nos hemos acostumbrado a echarle la culpa de todo a los demás sin reconocer que gran parte de la culpa también es nuestra. Nos hemos acostumbrado a hablar de derechos y a exigir más derechos, pero olvidamos las obligaciones y el deber". (Edición sábado).