El gas natural es hoy por hoy un hidrocarburo estratégico cuya explotación se convirtió para los países productores en un arma de negociación política y económica. Una muestra de ello es Bolivia. Este país altiplánico tiene una de las mayores reservas de gas natural de la región y luego de nacionalizar sus hidrocarburos está logrando, entre otras cosas, sacar adelante su agenda política y económica pendiente con algunos países.Según especialistas en temas energéticos consultados por la República, tanto Argentina como Brasil son los dos países que sienten de primera mano las consecuencias económicas de las nacionalización boliviana. Y por el lado político, Bolivia presiona a Chile para conseguir su mayor sueño, la salida al mar.Para Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas, Bolivia es un país pobre que defiende "legítimamente" su autonomía energética.En ese contexto, Argentina aceptó pagar cinco dólares por cada millón de BTU (unidad térmica británica) por el gas natural que compra a Bolivia, lo que supone un alza de alrededor del 50%. Este acuerdo es un antecedente positivo para la misma negociación que el país andino mantiene con Brasil. "Que el precio del gas suba a cinco dólares es un beneficio y un alivio económico", destacó Evo Morales, presidente de Bolivia.(Edición domingo).