Crece el suspenso en la ciudad de La Oroya conforme se acerca el 28 de agosto, fecha en la cual vence la liquidación en marcha de Doe Run, que impide la paralización de los activos de la minerometalúrgica y el cese de todos sus trabajadores. Para evitar este final, los operarios de Doe Run decidieron hace dos meses tomar el toro por las astas y solicitar la adjudicación de la mina Cobriza y el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO). Su plan era buscar un inversionista que los ayudara a recaudar el dinero necesario para adquirir ambos activos (US$139 millones en total). En ese esfuerzo, se acercaron a una variopinta gama de interesados, entre ellos APM Terminals, Metallica Commodities Corp. y, según trascendió, también Trafigura. Finalmente, los trabajadores eligieron a Samsel Group, empresa desconocida en el medio, pero que afirma contar con el respaldo de inversionistas chinos de anchas espaldas financieras. La incorporación de Samsel ocurrió en la fecha límite concedida por la Junta de acreedores para cerrar la venta: 13 de junio. Debido a ello, los acreedores procedieron a renovar el ‘deadline’ por treinta días más.