LOS PRIMEROS DISPAROS
13 de julio de 2018

GUERRA COMERCIAL. Hasta hace solo unos meses, todo parecía indicar que las amenazas del Gobierno de Donald Trump contra China, por un "injusto intercambio comercial", quedarían en solo palabras. Pero ahora las perspectivas han cambiado drásticamente.El viernes pasado, y tras una serie de amenazas, Estados Unidos fijó nuevos aranceles a productos chinos por un monto de US$ 34,000 millones e inmediatamente Beijing respondió con represalias por el mismo monto. Trump había advertido además a China que si tomaba alguna represalia impondría nuevos aranceles. Dicha amenaza la cumplió esta semana, cuando anunció que aplicará una tarifa de 10% a una lista de productos chinos por hasta US$ 200,000 millones, casi la mitad del valor total de los envíos de China hacia Estados Unidos.Las mayores tensiones, ya convertidas en una guerra comercial, han remecido los mercados de materias primas, al temerse el impacto en el crecimiento de la economía mundial. Un menor crecimiento previsto reduce además las previsiones de demanda de materias primas, arrastrando a la baja sus cotizaciones.Los nuevos aranceles que impondrá EE.UU. a productos chinos recién entrarán en vigencia en agosto, por lo que aún queda tiempo para poder esperar que Beijing y Washington puedan encontrar una manera de evitar una mayor escalada en su guerra comercial.Sin embargo, una mayor escalada del conflicto puede acentuar la caída de materias primas y golpear a países como Chile y Perú, donde la evolución de dichos productos, en especial metales, suele determinar la performance de sus economías.En ese sentido, si bien la diversificación de mercados ayuda a contrarrestar los efectos de la guerra comercial, como señaló recientemente el titular del Mincetur, una disminución de los precios de metales se reflejaría en una caída de exportaciones y una menor recaudación. El ministro no debe olvidar eso y debe preparar un plan b. Estimación preliminar de ESAN señala que la caída de los commodities puede significar US$ 2,000 millones menos en el valor de nuestras exportaciones, mientras que el impacto en la recaudación fiscal podría llegar a unos US$ 400 millones.China ha advertido de nuevas represalias contra EE.UU., pero aún no las ha anunciado. Pero si Trump mantiene su ánimo confrontacional y populista, sin considerar el impacto en los propios consumidores y empresas estadounidenses, y continúa además sin escuchar las críticas de su propio partido, el panorama lucirá muy sombrío.

  • [Gestión,Pág. 20]
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