Un día de diciembre del año 2016, Miriam Quispe Chávez acudió a una reunión convocada por el titular de la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Madre de Dios, José Carlos Bustamante Cruz. Jamás imaginó que ella y los demás asistentes a la cita pasarían por un minucioso registro de pies a cabeza para evitar que ingresen con celulares u otros equipos. Todo quedaría confiscado. Este exhaustivo registro era para que ninguno tuviera la más mínima oportunidad de filmar, tomar fotos o hacer grabaciones que delatara lo que sucedía en las reuniones pactadas por Bustamante.Según el testimonio de Mirian - dado el 3 de enero de 2017 ante el Instituto Geológico , Minero y Metalúrgico (Ingemmet)-, aquel nivel de vigilancia al que se sometió junto a todos los titulares de las concesiones mineras del distrito de Laberinto, en Tambopata, se debió a que los funcionarios de la DREM involucrados -según la Fiscalía provincial- en una red de corrupción querían asegurarse de operar en la absoluta clandestinidad y amenazaban con destruir los papeles que acreditaban los procesos de formalización minera de los ciudadanos de madre de Dios si no realizaban los pagos exigidos.
- [Perú 21,Pág. 2-3] /