La reciente indagación respecto de los supuestos beneficios económicos que recibiría el mandatario Alejandro Toledo de parte del Estado, al finalizar su régimen, dejó al descubierto un decreto del gobierno de transición que pasó inadvertido y cuyo mandatario Valentín Paniagua deberia aclarar cuanto antes. Unos días antes de finalizar su mandato, Paniagua firmó el Decreto de Urgencia Nº 089-2001, cuya única medida lo beneficiaba sólo a él con una suma de dinero adicional a su sueldo como congresista. En esos momentos Paniagua continuaba percibiendo su remuneración parlamentaria a pesar de que había asumido la Presidencia, pues nunca renunció a su curul para dejarle su lugar al accesitario Javier Alva Orlandini. Un congresista ganaba más que el Primer Mandatario en aquel entonces, lo que tambien acarreaba una mejor futura pensión... Volviendo al decreto, éste establecía principalmente que el Mandatario (es decir el propio Paniagua) fuera incluido "dentro de los alcances del Decreto Supremo Nº 298-91-EF".