TENDENCIA PERVERSA
21 de mayo de 2018

INFORMALIDAD LABORAL. La lenta recuperación de la mayoría de sectores económicos tendrá un efecto positivo sobre el empleo. Pero no será inmediato, como se constata con la construcción, que comenzó a reactivarse en junio pasado, pero recién registró datos laborales positivos a fines del 2017. La gran pregunta es si el abandono del enfriamiento de sectores como servicios y comercio -que en marzo creció a una tasa que no se veía desde abril del 2016- revertirá la tendencia que está afectando al mercado laboral peruano: el aumento de la informalidad.En el trimestre enero-marzo, el empleo informal a nivel nacional (incluyendo Lima) se incrementó 5.1%, mientras que el formal se contrajo 2.4%, ambos con respecto al mismo periodo del año pasado. El INEI considera formales a los trabajadores cuyo vínculo laboral está "sujeto a la legislación laboral, fiscal y de la seguridad social o se desempeñan en el denominado sector formal".Este componente de la PEA ocupada es el minoritario y lo más preocupante es que ahora representa la tercera parte del total en el área urbana, pues su participación ha bajado de 34.5% a 32.9%, mientras que en el área rural el panorama es mucho más alarmante, pues apenas el 4% está amparado por la normativa (en el primer trimestre del año pasado era el 4.7%). El deterioro del empleo formal lleva tres años, pero se acentuó con la desaceleración de la economía, a fines del 2016.La informalidad está afectando a casi todos los grupos demográficos: además de las personas que trabajan en el campo, figuran los jóvenes menores de 24 años, las mujeres y quienes poseen niveles educativos más bajos (primaria y secundaria). La actividad económica donde la informalidad tiene mayor incidencia es la extractiva, es decir, agricultura, minería y pesca (85.8%), seguida de construcción (76%) y comercio (72.5%). Las de menor incidencia son servicios (60.8%) y manufactura (60.4%).¿Se reducirá la informalidad con la reactivación? Quizás el primer efecto sea la disminución del desempleo, que a marzo era 5.1% a nivel nacional, pero subía hasta 8.1% en la costa sur. Además, habrá que considerar otro factor que podría retrasar las contrataciones formales: el alza de la remuneración mínima vital (RMV), que rige desde abril para las empresas pequeñas, medianas y grandes, y desde mayo para las microempresas.Cuando se publiquen las estadísticas laborales correspondientes al segundo trimestre sabremos qué pesó más, si el esperado crecimiento del PBI en abril y mayo (entre 5% y 6%), o el incremento sin sustento convincente de la RMV.

  • [Gestión,Pág. 28]
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