El presidente Alejandro Toledo admitió ayer que la reforma del Poder Judicial es un tema que aún está pendiente en la agenda gubernamental.En declaraciones al programa "Cuarto poder", sostuvo, sin embargo, que enfrentar dicha tarea no era tan sencilla como algunos habían proclamado."No olvidemos que veníamos de una dictadura", dijo Toledo, quien añadió que esta reforma va más allá del tema económico.El mandatario reconoció que las crisis más fuertes de su gobierno fueron los hechos de violencia acaecidos en Andahuaylas (el levantamiento de Antauro Humala) e Ilave (el asesinato de un alcalde).Sostuvo, además, que su gobierno se caracterizó por el respeto absoluto de los derechos humanos, la libertad de expresión y la independencia de los poderes públicos. "Nunca me he emborrachado con el poder", comentó al tiempo que admitió que para algunas personas su forma de ser podría ser "no presidenciable".El presidente lamentó que en el país exista un racismo mudo y que esta haya sido la razón, en algunas ocasiones, para criticar su gestión gubernamental.