Ha hecho bien el Congreso en ampliar por diez años más la vigencia del régimen laboral especial para las pequeñas y microempresas (MYPE). Este ha probado ser un método eficaz para formalizar este sector tan considerable de la economía nacional que da empleo a millones de peruanos y hacerlo más competitivo.La oportunidad no podía ser mejor, ante la inminencia del llamado TLC con EE.UU., a través del cual dichas empresas puedan colocar sus productos en un mercado amplísimo. Sin embargo, ello exige no solo modernizarse y adaptarse a los estándares de calidad exigidos sino también formalizarse. La informalidad no tiene cabida en el intercambio global.Entendemos, así, los reiterados pedidos de las MYPE y PYME para que no se retrase más la ratificación del TLC, pues si este no se concreta muchas empresas dejarían de producir. Al concluir el ATPDEA a fines de este año, el TLC es la alternativa para proveer de un mercado dinámico y libre de aranceles a sus exportaciones.Recientemente, con buen criterio, el Gobierno lanzó un fondo de 55 millones de dólares para financiar a este sector. Ahora el Congreso ha hecho su parte al ampliar el régimen especial laboral, que debía ser algo permanente. Toca a los empresarios aprovechar la oportunidad para subirse a la ola de la exportación, formalizándose y mejorando su competitividad. No hay pretextos para la inmovilidad empobrecedora.