No cabe duda de que la subasta de Michiquillay (Cajamarca) fue uno de los pocos logros del gobierno de PPK, y un positivo shock de confianza para la economía. Pero el resonante eco de la adquisición del megaproyecto cuprífero por parte de Southern Copper no basta para acallar las interrogantes que empiezan a surgir, pasada la resaca de las celebraciones. Por ejemplo, ¿es viable Michiquillay, dada la consabida animadversión de ciertos sectores cajamarquinos por la minería?Según el economista Pablo Secada, la respuesta es no. "No lo digo yo. Me lo han dicho varios interesados en la subasta [hubo 10 en total] que pagaron para acceder al data room, pero que desistieron de presentar ofertas, porque piensan que el proyecto no es viable", explica. La razón, añade, es la candente situación política en Cajamarca."Cuando empiecen los problemas y la cosa termine a patadas con Southern, que no tiene mejores estándares socioambientales que los otros interesados (Rio Tinto y Freeport, entre ellos), Michiquillay estará condenado igual que Conga", advierte .En su opinión, Pro Inversión no debió enfocarse en sacar rápido el proyecto, sino en armar un plan de desarrollo integral de la cuenca, que incluya también a Galeno y Conga.Este riesgo también es advertido por Southern Copper."Más les vale al Gobierno que nos acompañe en Michiquillay porque, si no, pasará lo mismo de Tía María, que (los antimineros) se han metido y no ha avanzado", señala Oscar Gonzales Rocha, CEO de la minera mexicana. El ejecutivo confía en que Southern desarrollará el proyecto, pero advierte que podría devolverlo si no le permiten avanzar.