Si los empresarios imaginaron que el triunfo de Alan García el 4 de junio sería su pasaporte para mantener el statuo quo que les ha permitido mayores ingresos económicos por más de una década, podrían haberse equivocado. El último lunes García se reunió en privado con los dirigentes de su partido y entre cosas les dijo que a los empresarios mineros "ya se les había pasado el miedo de Humala" y que hasta ahora no se pronunciaban sobre cuál va a ser su contribución para disminuir la presión social al interior del país.El presidente electo advirtió que el Estado no iba a ser el "guachimán de estos señores (los empresarios mineros), defendiéndolos frente al reclamo social". El martes, como si estuviera al tanto de las expresiones de García, el presidente de la SNMPE, Carlos Del Solar, cuestionó el doble discurso del Apra, y criticó que hayan aprobado entre gallos y medianoche la ley que faculta a la Sunat a cobrar regalías a las empresas que gozan de estabilidad administrativa sin antes haberla discutido abiertamente. El secretario general del Apra, Jorge del Castillo, entonces salió a recordarle que su grupo político "no es el partido de los inversionistas o de los empresarios" y que "no tiene que estar peleando por cada centavo".