Es atendible la invocación de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (Snmpe) al Apra y a su bancada congresal para que demuestren mayor coherencia respecto del tratamiento que debe merecer la inversión privada.Efectivamente, no se trata solo de reiterar, aquí y acullá, que se revisará los contratos con las empresas mineras, petroleras y gasíferas, lo que genera un clima perturbador y poco apto para la inversión. Aparte de eso, en los últimos días, el grupo parlamentario aprista intenta aprobar proyectos tanto para instaurar el pago de regalías petroleras en especies como para modificar la ley orgánica de hidrocarburos.No entraremos aquí a analizar las bondades o desventajas de los proyectos. Pero sí reiteramos que lo que está en juego es la falta de coherencia por parte del futuro partido de gobierno para conciliar lo que fue una promesa de estabilidad jurídica para la inversión extranjera frente al riesgo que conlleva cambiar de sopetón las reglas de juego en el sensible campo energético. Esto, además, borraría con la mano izquierda lo que, positivamente, ha hecho el Apra con la mano derecha en otros ámbitos congresales, como en la Comisión Pro Inversión. Le corresponde al presidente electo Alan García poner orden y hacer que su bancada asuma con claridad una posición consistente.El Apra, virtualmente ya en el gobierno, no puede --y ahora menos que nunca-- continuar con su política de la escopeta de dos cañones. Si hay problemas de fondo en el caso de los contratos, pues tiene que dialogarse y requerir la opinión de los técnicos y de las partes involucradas. Hay que evitar la aprobación de leyes 'al carpetazo' que, nuevamente, tendrían que ser observadas por el Ejecutivo.