Gracias al auge de su producción petrolera, Estados Unidos exporta su oro negro al mundo, empujando a una revisión de la infraestructura en su territorio y obliga a barajar las cartas en el mercado mundial, informó Afp.Con una extracción diaria que supera los 10 millones de barriles, Estados Unidos se convirtió en el segundo mayor productor mundial de crudo, detrás de Rusia y por delante de Arabia Saudita. Un apogeo relacionado con las nuevas técnicas que permiten extraer petróleo de esquisto a menor costo.Frente a esta explosión, la economía estadounidense levantó a fines de 2015 la prohibición de exportar crudo existente desde 1975. La oportunidad fue aprovechada de inmediato: en 2017 las empresas exportaron un promedio de 1.1 millones de barriles por día a 37 países.