"Michiquillay iniciará producción alrededor del 2025 y se convertirá en una de las minas de cobre más importantes del Perú", afirmó Southern Perú Copper Corporation en una nota a inversionistas difundida ayer, tras adjudicarse el megaproyecto cuprífero. Este plazo es mayor a los cuatro años estimados por el Gobierno y por los analistas económicos. Asimismo, Southern estimó que la inversión necesaria para ejecutar el proyecto es mayor de lo inicialmente previsto, pues sumaría US$2.500 millones. El cálculo que manejaba Pro Inversión era de una inversión de hasta US$2.000 millones. El yacimiento tiene reservas de 1.150 millones de toneladas y permitiría producir unas 225.000 toneladas del metal rojo por año, prevé la firma. "Los esfuerzos de la empresa priorizarán el trabajo coordinado con las comunidades y el Gobierno del Perú para alcanzar una acuerdo social que siente unas bases consensuadas y sólidas para el proyecto", aseguró.