El humo de la pipa de la paz parece haber empezado a transitar entre Lima y Caracas. Si hasta hace unos días se escuchaban sólo frases altisonantes, improperios y gruesas interjecciones entre Alan García y Hugo Chávez, ahora las palabras de ambos mandatarios apuntan al diálogo, la serenidad y la distensión. Ayer en Chimbote, luego de una fugaz visita a Trujillo, el presidente electo reafirmó su deseo de encontrarse con su homólogo venezolano e incluso afirmó que estaba dispuesto a hacerlo sin condiciones."Yo creo que siempre es muy positivo tener reuniones personales para bajar las tensiones y superar pequeños problemas, me parece excelente, muy bien (la posibilidad de reunirse con Chávez)", adelantó García. Enseguida, consultado en relación a qué condiciones pondría para dialogar, dijo que, "como siempre, yo no pongo condiciones para dialogar con un latinoamericano. Va muy bien y estoy de acuerdo", aseveró, tras pedirle a Chávez que fije día y hora.(Edición domingo).