Luego de ocho meses de gestión, el presidente de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), Enrique Espinosa, tuvo que renunciar por diferencias con directores del gremio a raíz de las investigaciones del Caso Lava Jato. Sin embargo, afirma que, tras la salida de esos empresarios, accedió a continuar como titular de Capeco. En conversación con El Comercio, cuenta detalles de esa situación y de las medidas que el gremio evalúa tomar para los socios vinculados a casos de corrupción. Tenemos la información de que renunció a la presidencia de Capeco.Sí, renuncié el jueves [25 de enero], alrededor de las 10 de la mañana. En ocho meses de gestión, habíamos desplegado una serie de cambios en la cámara para demostrar al país que la cámara no es un gremio de empresarios corruptos.Capeco tiene 18 directores, seis representaban a empresas involucradas en casos de corrupción. ¿Por eso renunció?En el momento que sale a la luz la resolución fiscal [sobre la investigación del caso del llamado ‘club de la construcción’], hubo una reunión de directorio. Se esperó a que los directores que representaban a empresas expuestas al caso dieran voluntariamente un paso al costado para no contaminar la reputación del gremio. Luego de una semana, esa generosidad solo se obtuvo de dos empresarios y parcialmente de uno. Hubo tres empresarios que formalmente dijeron que no iban a salir del directorio. Frente a eso, yo planteé mi renuncia.