Tras la gran repercusión generada por la compra de InRetail a Quicorp, Rafael Dasso, gerente general de Inkafarma, asegura que no se encuentran en una posición de dominio en el mercado. Además, explica que tienen un equipo de capacitación para evitar malas prácticas como las ocurridas en el sector farmacéutico durante el 2009.¿Cuánta participación en el mercado tienen ahora con la reciente adquisición?Tengo información de IMS, según la venta de medicamentos. El Estado tiene 79%, el 21% es de Boticas y Farmacias. Solo considerando boticas y farmacias, existen como 11.400 boticas. Inkafarma -sin Mi Farma- tiene el 25% del despacho de los medicamentos de todos los laboratorios. Mi Farma tiene 22%. Entre los dos, tenemos entre 45% y 46% de la venta anual de medicamentos. Esto es IMS, una empresa internacional que se dedica a eso. En resumen, la industria de farmacias y boticas es el 20% de la venta de medicamentos, y dentro de esa venta tenemos casi el 46%.Teniendo en cuenta que muchas de estas marcas que ahora poseen concertaron precios anteriormente, a pesar de que ustedes no eran los propietarios, ¿no le parece natural que exista desconfianza del público?Este es un hecho bien puntual que ocurrió hace diez años. Nosotros hemos comprado Inkafarma en el 2011. El grupo tiene credibilidad grande en el mercado, estamos orientados al mercado emergente. Entiendo que puede haber desconfianza, pero justamente estamos acá para comunicarlo y explicarlo. Lo más importante es que el cliente vuelva a las boticas y vea que no subieron los precios. Eso será más sólido que cualquier comentario u opinión. No vamos a subir de precio. El modelo de Inkafarma, sobre todo, es un modelo de precios bajos. En los últimos cinco años hemos abierto 700 boticas gracias a los precios competitivos. Estamos manteniendo las dos marcas con dos estrategias comerciales.