LA HERIDA ABIERTA DE LA MINERÍA ILEGAL
23 de enero de 2018

Uno de los problemas más graves mencionados por el papa Francisco durante su visita al Perú ha sido el de la minería ilegal, que arrastra muchos otros delitos y daños a miles de personas. Es por eso que la lucha contra el flagelo de la extracción de minerales al margen de la ley debe darse sin desmayo y desde muchos ámbitos, no solo desde el policial-militar.Desde hace varios años vemos que se llevan a cabo operaciones de las fuerzas del orden en Madre de Dios y otros puntos del país, que apuntan principalmente a la destrucción de las ya famosas dragas. Sin embargo, esos aparatos que solemos ver ardiendo en llamas e inutilizados son apenas la punta del iceberg de este ilegal y millonario negocio.Urge aplicar una estrategia integral para erradicar esta lacra, que destruye el ambiente a través de la contaminación de tierras y ríos, tal como se aprecia en impactantes imágenes que suelen circular en los medios. Con ello se estará haciendo bastante también para frenar la explotación sexual de cientos de personas y la evasión tributaria.El problema de la minería ilegal lleva varias décadas, pero los sucesivos gobiernos han preferido mirar al costado y de vez en cuando mandar policías y militares a destruir algunas dragas. Es vital que el actual gobierno, con los recursos con que cuenta, rompa con esa cadena de dejadez e ineptitud, y actúe con la energía necesaria para erradicar integralmente esta situación, que es una vergüenza para un país que quiere ser serio.