Cuando el gobierno puso en vigencia el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), el 2005, su principal objetivo, dijo, era disminuir la informalidad en la economía, pero más allá de conseguir ese fin.Lo que ha originado es que un mayor número de personas o agentes informales opte por no realizar operaciones en los bancos para evitar ser detectados y, a la vez, ahorrarse la tasa, afirmó el Director de la Escuela de Postgrado de la Universidad de Lima, Javier Zúñiga."Creo que el impuesto, tal como se consignó al inicio de su aplicación, debe entrar en un período decreciente y se quede al cero por ciento, para captar justamente a los informales y que se conviertan en formales", señaló Zúñiga.