EDITORIAL: TIEMPOS DIFÍCILES
17 de diciembre de 2017

Cada crisis es única. Sus causas, consecuencias, protagonistas y desarrollo son particulares al lugar y al tiempo en que se generan. Sin embargo, hay una vena común en situaciones de profunda incertidumbre como la que hoy se vive en el país: el pasmo en el que entran los tomadores de decisiones mientras la niebla se disipa. Como se sabe, la eventual vacancia del presidente Kuczynski ante los últimos destapes de sus vínculos con la empresa Odebrecht ha ocasionado un terremoto político de escala nacional y de dimensiones que no se vivían en décadas. Como en otras situaciones con potenciales desenlaces dramáticos y desconocidos, el costo al corto plazo es la paralización o reconfiguración de los planes inmediatos tanto del sector público como del sector privado.