El tenso momento político que hoy vive el país llama a exigir de nuestras autoridades una conducta profesional, mesurada y, sobre todo, ética. Y en ese sentido, este Diario considera que no debe pasar desapercibida la crisis que enfrentó la semana pasada la Comisión de Ética del Parlamento. Una crisis que ha deslegitimado ese mecanismo de autocontrol en el Congreso. Como se sabe, en la última semana, representantes de cuatro de las seis bancadas que integran esa comisión han anunciado su renuncia o la intención de suspender o retirar por completo la participación de su agrupación política en ella. Así, a la dimisión de Yonhy Lescano (Acción Popular), le siguió la decisión de Peruanos por el Kambio de no tener representación en dicha comisión, y eventualmente la del Frente Amplio, Alianza para el Progreso y Acción Popular, esta vez como bancada, de "suspender" su participación.