Gran indignación ocasionó esta semana el desarrollo de una audiencia en el juicio que se sigue a diversos cabecillas terroristas por el atentado ocurrido en la calle Tarata, en Miraflores, hace 25 años. La procuradora antidrogas que participaba en la audiencia, Sonia Medina, denunció haber sido amenazada por el cabecilla terrorista Abimael Guzmán el martes pasado, luego de que esta interrogara al ex jefe del GEIN Marco Miyashiro -quien comparecía como testigo- por los vínculos de Sendero Luminoso con el narcotráfico.Frente a las preguntas de Medina y las respuestas del actual congresista de la República, el ex dirigente de Sendero Luminoso reaccionó de manera airada. "A mí no me van a acusar de narcotraficante, no acepto eso", vociferó Abimael Guzmán, mientras se acercaba a la salida junto a sus coprocesados, lo que motivó que el juez Edhin Campos le llamara la atención y lo conminara a retornar a su sitio, pese a lo cual Guzmán desobedeció y gritó: "Yo me voy porque quiero".Este episodio ocasionó que el juez le comunicara su decisión de expulsarlos de la sala a él y a los demás miembros de la cúpula terrorista. "Usted no sabe con quién se ha metido [...]. No voy a soportar tus infamias", le gritó Guzmán a la abogada del Estado al retirarse de la habitación, apuntándola con la mano, conforme relata la procuradora. Y sus alaridos continuaron camino a la salida, acompañados por los de Florindo Flores ‘Artemio’, quien gritaba:"No somos mafiosos ni narcotraficantes".El exabrupto del último martes no trascendería más allá de la sala de audiencias y del poder disciplinario que ahí ejercen los magistrados. Sin embargo, en este caso, no se trata de un procesado cualquiera ni tampoco de un incidente anecdótico. (Edición sábado).