Visto desde el cielo todo es verde. El traquetear del helicóptero que nos transporta es ensordecedor. Zigzaguea por las escarpadas montañas de la selva del Cusco. Atraviesa ríos, baja, serpentea y así reiteradamente hasta llegar a la costa. El verde del suelo del derecho de vía, por donde pasan los ductos que transporta el gas y los líquidos de Camisea, es más claro y fosforescente que el verde oscuro de la selva.Desde arriba, se ven las obras de mantenimiento de las laderas por donde pasan los tubos. Son labores que realiza la empresa que transporta el gas y los líquidos en prevención de futuros incidentes. "Aprovechamos la temporada de secas (sin lluvia) para estos trabajos", dice Rafael Guarderas, gerente de relaciones institucionales de Transportadora del Gas del Perú (TgP). De los US$ 110 millones de presupuesto para este año TgP invertirá US$ 30 millones en labores de geotecnia, de adecuación del terreno, en prevención de deslizamientos de tierras que comprometa los ductos, dice Ricardo Ferreiro, gerente general de TgP.En las obras laboran más de 1,000 personas. "Tratamos de adelantarnos para evitar nuevos incidentes que generen la suspensión del servicio", afirma Ferreiro.