Es importante el anuncio de los voceros del nuevo gobierno de que reducirán las plazas de consultores. Sin embargo, para ser realista y coherente, tal medida debe insertarse en el marco más amplio de la pendiente reforma del Estado y sus proyectos cardinales, como el escalafón público, la ley de carrera pública y la homologación de sueldos.Antes que nada, debe hacerse un consolidado total de la planilla pública. En cuanto a los asesores es un tema delicado pues, objetivamente, son necesarios para la marcha estatal como soporte técnico de calidad para los ministerios.En tal sentido, el Estado tiene que hacer el esfuerzo para captar a los profesionales con este perfil pero evitando que el sistema sea corrompido o manipulado para pagar favores políticos. Es más, se da el caso inusual de quienes reciben altos emolumentos a través del PNUD, están sujetos al régimen laboral privado o reciben bonos de productividad, que forman lo que se ha llamado la 'planilla dorada' del Estado.Resulta, pues, positivo que se empiece a abordar el tema, pero ello debe hacerse con criterios objetivos y de eficiencia, con concursos públicos abiertos. Y si de austeridad se trata, pues tiene que revisarse todo el escalafón, en el que el cargo de presidente de la República sea el de más alta remuneración. En todo ello es trascendental coordinar con el Congreso, pues se necesita leyes orgánicas para desterrar el caos remunerativo actual y los absurdos que se dan actualmente. (Edición sábado).