En la provincia andina de Sánchez Carrión, al este de la región La Libertad, la minería ilegal ha destruido parte del Qhapaq Ñan (Camino Inca, en quechua) que cruza la zona. La ancestral ruta, que forma parte de la red de caminos prehispánicos erigida varios siglos atrás, unía a la cultura Huamachuco con otros asentamientos locales. La ilícita actividad minera también ha contaminado las lagunas de Huaylillas, que hoy abastecen a la población del distrito de Huamachuco y a localidades como Sarín y Curgos (este último fue considerado en el 2015 el distrito más pobre del país por el Instituto Nacional de Estadística e Informática). Las lagunas también son reserva de agua para la provincia de Santiago de Chuco, que limita con Sánchez Carrión. Agua que sirve para el consumo humano y de los animales, así como para regar los cultivos que son el recurso vital y económico de la zona. Sin embargo, la contaminación ha alterado la rutina. "Es probable que estas poblaciones estén tomando agua contaminada con metales pesados", admitió Confesor Bermúdez, consejero regional por Sánchez Carrión, a El Comercio. Roberto Vásquez, promotor de la asociación local Andes Sagrados, indicó que, de las 27 lagunas en Huaylillas, al menos seis o siete han sido afectadas gravemente por la actividad de los mineros ilegales. Estos extraen, principalmente, oro y carbón. "Lo que está pasando es gravísimo. Hablamos de la posible afectación de los habitantes de Huamachuco y de miles de hectáreas destinadas para el cultivo. Además, se sospecha que entre veinte y treinta mineros ilegales excavan por Huaylillas, cuya superficie total es de casi 18 mil hectáreas", añadió Vásquez.