Luego de que el presidente electo Alan García señalara que el anuncio de la conformación del primer gabinete ministerial recién lo haría el próximo 27 de julio -un día antes del inicio del nuevo gobierno-, el tema perdió algo de interés.Pero la sugerencia hecha por el premier Pedro Pablo Kuczynski, en una carta pública, para que lo designara cuanto antes con el fin de acelerar la transferencia de mando y darles confianza a los mercados, lo ha vuelto a poner en el tapete.¿Le conviene a García nombrar de una vez a los ministros, como recomienda PPK? Hacerlo en este momento podría ser inconveniente pues obligaría al presidente electo a tomar decisiones que tal vez necesite madurar un poco más. Sería un bochorno, por ejemplo, 'cambiar' a un ministro que aún no ha jurado el cargo. Asimismo, la designación del gabinete, a más de un mes del inicio del gobierno, podría desgastarlo prematuramente y, además, restarle algo de protagonismo al presidente electo cuando este todavía lo necesita para fijar los ejes centrales de su gobierno.Por ello, parece conveniente que García no le haga caso a la recomendación de PPK. Sin embargo, esperar hasta un día antes del inicio de su gobierno para recién entonces revelar la conformación del primer gabinete también parece un exceso. Quizá haya dicho eso con el fin de sacarse de encima los rumores y mitigar las típicas bolas sobre los nuevos ministros.También es probable que la postergación del anuncio tenga que ver con la intención manifestada por García de establecer un gobierno de ancha base que tenga representación de las fuerzas políticas que participan en el Congreso e, incluso, de otras más, lo cual pasa por una negociación previa.Así, lo mejor es que el anuncio no se haga ni tan temprano ni tan tarde. Lo cierto es que la designación del primer Consejo de Ministros, que debería ser pensado para durar por un tiempo razonable, encierra una particular relevancia para el nuevo régimen pues su composición precisará mejor la orientación general y el rumbo que tendrá el segundo gobierno aprista. No es poca cosa, señala el director de Perú 21, Augusto Álvarez Rodrich.