Aunque ayer el presidente Toledo se mostró ofuscado por las referencias periodísticas a las llamadas "bombas de tiempo" que deja su gobierno, lo cierto es que el gasto público, especialmente el burocrático, creció a ritmos superiores al 10% anual. Es lo que afirman diversos economistas consultados.Para el destacado economista Carlos Adrianzén, miembro del Instituto Acción, entidad especializada en investigación económica y política, el gobierno de Toledo deja "un Estado elefantiásico" que se evidencia en el gasto del sector público no financiero (SPNF) que asciende a US$ 23.000 millones, monto superior incluso al que se registró durante el régimen militar de Velasco Alvarado.Adrianzén admite que el déficit fiscal es mínimo y está bajo control."El problema es el gasto desmedido", reitera Adrianzén.