PUERTOS: ¿PODRÁ EL APRA CONTENER A LOS NEGREIROS?
21 de junio de 2006

Hay que saludar al Gobierno y al grupo técnico involucrado con la concesión del Muelle Sur, cuyo proceso ha concluido exitosamente: un consorcio angloamericano, liderado por el segundo operador más grande del mundo, presentó la mejor opción, que prevé una inversión de 242 millones de dólares en una primera etapa y otros 144 millones adicionales, además de tarifas competitivas.Sin embargo, del otro lado, tenemos que deplorar y rechazar el egoísmo y la falta de consecuencia de los sindicatos portuarios --liderados, entre otros, por el congresista Luis Negreiros--, que no tuvieron mejor idea que convocar un paro para oponerse a la concesión, sin importarles el grave daño que causan al país. El pretexto, esta vez, es que por razones 'estratégicas' la concesión no podía ser ganada por un operador chileno, lo que por último no se dio. Y toman esto como bandera para justificar el statu quo portuario que, por encima de todo, defiende las grandes y antiguas gollerías de los sindicatos de estibadores, y las prácticas mercantilistas de algunos operadores, aduaneros y empresarios.Ante la urgencia de relanzar el sistema de concesiones, este es uno de los graves retos del nuevo Gobierno del presidente García: ser coherente con sus promesas de promover la inversión privada, reactivar la economía y crear empleo. Y uno de los obstáculos que el Apra debe superar está en su propio partido, representado en el congresista Negreiros, quien sigue siendo el abanderado del sindicalismo portuario retrógrado, rémora para el desarrollo nacional.No estamos en contra del sindicalismo, cuando defiende razonablemente los derechos laborales sin agredir los del país. Pero es por ese otro sindicalismo retrógrado que el Callao, a pesar de su privilegiada posición, sigue siendo el puerto de bandera más atrasado y caro de la región, lo que atenta directamente contra la competitividad de los exportadores . Y es también debido a ello que la concesión del Muelle Sur ha demorado casi dos décadas, por el temor de los gobiernos a enfrentarse a esos sindicatos.Los tiempos han cambiado. Aún está pendiente la concesión de otros puertos, por parte del nuevo Gobierno, en lo que hay que dar prioridad al diálogo, pero sin caer en la sujeción al sindicalismo radical. De lo contrario, volverá a pasar lo mismo y nos tomará quizá otros cinco años más empezar a desarrollar otros puertos.