El cambio de mando se acerca y el presidente Alejandro Toledo aprovecha los últimos días que le quedan en el poder para asegurarse de que algunos de sus colaboradores más cercanos no se queden en el aire después del 28 de julio, y ceder a la presión de ciertos lobbies empresariales como el de los puertos.Las movidas que en ese sentido ha hecho el Ejecutivo son varias, pero hay una en particular que indiscutiblemente resulta escandalosa, no solo por el gasto que implica, sino por el propio trasfondo.Fuentes de La República en la Cancillería informaron que hace dos meses el presidente Toledo, a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Óscar Maúrtua, inició conversaciones con los gobiernos de Turquía y Vietnam para abrir legaciones diplomáticas en ambos países.Raúl Matute, hermano del contralor, fue nombrado embajador en Turquía.Lo curioso del caso es que una vez que las conversaciones progresaron y el pedido del Perú para que tenga una sede diplomática en estas lejanas tierras fue aceptado, el presidente Toledo no tuvo mejor idea que designar en el cargo de embajador del Perú en Turquía a Raúl Jesús Matute Mejía, nada menos que el hermano del Contralor y amigo personal del jefe del Estado, Genaro Matute Mejía.