Luego de varios años de funcionamiento, y cuando se han puesto en evidencia ciertas incongruencias del Sistema Privado de Pensiones (SPP), la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) ha colocado sobre el tapete una propuesta para modificar dicho sistema, cuyas ventajas y desventajas deben ser analizadas por el Gobierno.Es adecuado que se fije como objetivos no solo el incremento de la cobertura previsional, sino también la reducción del costo de las comisiones y ciertas reformas de la operatividad y estructura del SPP.En cuanto a lo primero, hay factores que están fuera del ámbito de operatividad de las AFP, como la alarmante informalidad, el desempleo y las condiciones de un país aún inestable y en desarrollo. Paralelamente, se amerita un debate sobre la vigencia del sistema estatal de pensiones, que actualmente sigue siendo subvencionado por todos los peruanos. Luego, si por un lado es innegable que el SPP ha logrado mejorar considerablemente los montos de las pensiones que recibirán sus unos cuatro millones de afiliados, es también evidente que las comisiones que cobran las AFP son bastante altas y no se condicen con el alto nivel de sus ganancias.De otro lado, sin embargo, hay que reconocer que el SPP ha logrado incrementar el ahorro interno nacional en cerca de US$11 mil millones, lo que justifica la búsqueda de mecanismos, en el interior y exterior del país, para buscar la mayor rentabilidad posible.En tal contexto, el proyecto de la SBS tiene que ser evaluado con criterios técnicos para promover la competencia, con lo que se pueda bajar las comisiones, incrementar la rentabilidad y aumentar el prestigio y confiabilidad del SPP.Lo que no se puede ni se debe hacer es plantear modificaciones con criterios politiqueros, lo que solo crearía inestabilidad y presionaría al Estado para seguir apoyando financieramente a una entidad como la ONP, que no logra autofinanciarse con los aportes de los afiliados al Sistema Nacional de Pensiones.