La demanda de electricidad -cuya variación muestra en forma directa cómo va el consumo de esta energía- está cayendo de manera preocupante, y las propias empresas del sector advierten que este año crecerá mucho menos de lo proyectado.Carlos Temboury, presidente del Comité Eléctrico de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (que agrupa a 22 compañías eléctricas en el país), explicó a Gestión que si bien se había proyectado que la demanda de energía eléctrica crecería 4% este año, difícilmente se llegará a esa cifra al cierre del 2017. El BCR acaba de ajustar su proyección. Según su último reporte de inflación, crecería 3.1% este año, cuando se tenía prevista un alza de 4.6% (en el reporte de marzo). Consumo real. Explicó que de enero a junio del presente año el consumo apenas ha crecido 2%, y tendría que crecer el resto del año a una tasa mensual de 8%, para llegar al 4% en promedio anual originalmente proyectado, lo cual, insistió, se ve como algo imposible.Esta nueva proyección agudiza la preocupación del sector, pues significa que la sobreoferta que hay en la capacidad de generación eléctrica -y la consiguiente depresión en los precios de la electricidad en el libre mercado del sector, que golpean a estas empresas-, se va a prolongar más y será más difícil de resolver. Ni con minería.Así, Temboury advirtió que si bien algunos sectores creen que una aceleración en la ejecución de los proyectos mineros absorberá el citado exceso de oferta, lo que su comité observa es que ni la concreción de proyectos mineros grandes que se han anunciado, entre ellos Quellaveco y Michiquillay, se ayudará a resolver el problema. Ello se debe a que esos proyectos mineros que se esperan representarían un consumo no mayor de 250 megavatios (MW), es decir ocuparían solo el 3% de la capacidad total de potencia instalada para producir electricidad que hay en el país, que alcanza a 12,000 MW, y de la cual actualmente se utiliza solo cerca de la mitad.