Las energías renovables no convencionales no terminan de encontrar su lugar en el Perú, un país al que no le caería mal el calificativo de hiperenergético. Con un potencial medido eólico, solar, geotérmico y de la biomasa asombroso, hasta ahora se abastece con estas fuentes el 2% de la energía consumida (6.200 MW/h). El resto proviene de energía renovable convencional de centrales hidroeléctricas (52%) y de centrales termoeléctricas (46%), de las cuales la mayoría se abastece de gas natural.El impulso a las renovables (convencionales y no convencionales) ha sido apalancado desde el Estado, a través de cuatro subastas, celebradas cada dos años desde el 2009, cuando se aprobó el Decreto Legislativo 1002 para promocionar su inversión.Este año debería celebrarse una quinta convocatoria, pero el Gobierno lo ha descartado para revisar el estado de los proyectos ya licitados, que no habrían sido implementados en su totalidad por falta de soporte financiero. En esa línea, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) creará en los próximos días un comité que evaluará si da luz verde a que las empresas generadoras de energías renovables no convencionales participen del mercado energético de forma libre. Esta modalidad ha estado restringida hasta ahora, pero se autorizaría si el comité define una "potencia firme" para estas fuentes energéticas. Pero la oportunidad real de impulsar las energías renovables no convencionales en terreno peruano no están dadas, afirma César Butrón, presidente del directorio del Comité de Operaciones del Sistema Interconectado Nacional (COES). "Hay un problema de sobreoferta y se ha generado una guerra de precios (entre los generadores). Si a eso le añadimos más oferta, lo único que haríamos es agravar el problema", señala. Carlos Temboury, presidente del comité del sector eléctrico de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), coincide. "Al día de hoy nuestra posición es que no metamos más capacidad al sistema", afirma.