Aunque no dialogó con la prensa local, el virtual presidente, Alan García, pasó la mañana de ayer conversando con representantes de diversos medios extranjeros. Varias de las consultas hechas al líder aprista apuntaron a esclarecer el futuro de las relaciones entre el Perú y Venezuela, considerando que hace unas semanas el mandatario llanero, Hugo Chávez, había advertido que, de ganar García, se rompería el vínculo diplomático con nuestro país. Al respecto, García indicó que --ya superadas las asperezas del proceso-- buscará que entre ambos vecinos se establezcan "buenas relaciones con respeto y sin injerencias", y subrayó que no será él quien encabece una cruzada continental para frenar al desbocado mandatario norteño. "Si alguien me declara la guerra, yo le declaro la paz. No me interesa acaudillar un movimiento contra Chávez", afirmó, descongestionando la pesada atmósfera de rencillas de los últimos días. Otro que se refirió a la resentida vecindad con Venezuela fue el arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, quien ayer visitó a García para felicitarlo por su reciente victoria electoral. El prelado afirmó que confía en que los dos países superen el debilitamiento de sus lazos y dejen atrás los entredichos. "Espero que se logre recomponer esa unidad latinoamericana", opinó.