El secretario general colegiado del Partido Aprista, Mauricio Mulder, ha hecho una severa y positiva exhortación a los militantes y trabajadores de su partido: les ha ordenado que se abstengan de formar asociaciones laborales "para presionar por mayores puestos de trabajo en las entidades del Estado".Tal admonición es sumamente oportuna y necesaria. Sin embargo, el país espera que se tomen medidas concretas para llevarla a la práctica y no quede simplemente en promesa, lo que sería desastroso para el nuevo gobierno.El Perú ha sufrido en el pasado esta lacra de un gran sector de militantes del Apra y de otros partidos que malentienden la llegada al gobierno como una oportunidad para hacer del Estado un botín. Y los resultados los sufrimos todos: un crecimiento exagerado de la burocracia, la multiplicación de trámites, el dispendio en planillas y no en inversión y, peor aun, más corrupción.Hay un punto que los apristas oportunistas deben tener muy presente: la mayoría de ese 52% de votos que han puesto a Alan García en el poder no es aprista. De ahí la urgencia de que la actual bancada aprista en el Congreso ponga ya en la agenda el debate de 'candados' para evitar estos excesos clientelistas. Por ejemplo, los proyectos para que las contrataciones de personal estatal se realicen por estricto concurso público, que premie el mérito y la profesionalización, y no la pertenencia a un partido. Esas fueron, además, las promesas concretas del doctor García Pérez.