En el campamento de Escondida, la mayor mina de cobre del mundo, 1.100 trabajadores en huelga resguardan que ningún contratista reanude la operación, y se han instalado un cine y canchas de fútbol para jugar un campeonato. La protesta de los trabajadores de este yacimiento, ubicado en el desierto chileno de Atacama y responsable del 6% de la producción del metal rojo en el mundo, cumplió un mes esta semana. Sin embargo, ya no es el único conflicto laboral que concita la atención de la industria cuprífera global.Las miradas también se vuelcan hacia el Perú, pues ayer el sindicato de Cerro Verde se declaró en huelga. La mina, ubicada en Arequipa y operada por Freeport McMoRan, representó en el 2016 el 25% de la producción nacional de cobre y el 2,8% del suministro mundial, detalla Héctor Collantes, head de Research Renta Variable de Credicorp Capital Perú.La interrupción de la producción de cobre es un problema al rojo vivo si se suma el caso de la segunda mina más grande de este metal en el mundo, Grasberg, también de Freeport McMoRan. Su producción está completamente paralizada desde mediados de febrero en protesta por la decisión del Gobierno de Indonesia, donde está ubicada, de prohibir las exportaciones del mineral concentrado para impulsar la industria nacional de fundiciones.(Edición sábado).
- [El Comercio,Pág. 20] /