Aunque para muchos no estaba previsto, la suma de votos blancos/nulos y viciados se redujo considerablemente en la segunda vuelta, con relación a la primera, y jugó en favor de Alan García (APRA) sobre su rival Ollanta Humala (UPP), según algunos entendidos.Al 93.06% del conteo de ONPE, los votos blancos, nulos o viciados llegaban apenas al 8.202%, mientras que la primera fase de la elección cerraron con 16.106%. El experto Fernando Tuesta explicó que García se alzó con el triunfo gracias al voto de Lima y también a la disminución de los blancos y nulos, que, -aunque se repartieron en forma proporcional, fueron hacia el APRA en mayor número-. Asimismo, el ex jefe de la ONPE explicó que es "usual que en una segunda vuelta tienda a disminuir el voto en blanco debido a la polarización del proceso". Agregó que el elector "siente que abstenerse no es adecuado en una etapa en la que ambos candidatos se enfrentan en igualdad de condiciones".