El crecimiento del gas natural vehicular (GNV) ha llegado a un techo en Lima, pero la masificación de este hidrocarburo en provincias abre nuevos horizontes para las cadenas de estaciones de servicios. Así lo visualiza Pecsa, el segundo distribuidor y comercializador de combustibles del Perú. Pecsa fue la primera empresa que apostó por el GNV en el país, inaugurando el primer grifo de este combustible en el 2005 (junto a su socio Promigas). Hoy, la peruana maneja 42 estaciones de GNV en Lima. Pero su mirada está fuera de la capital."No miramos a Lima Metropolitana, porque el crecimiento aquí es marginal (debido a la desaceleración de las conversiones vehiculares y al menor precio del petróleo), pero sí vemos con mucho cuidado las nuevas ciudades que tendrán gas", manifiesta Pedro Martínez, presidente de Pecsa.