Hace algunos años hubiera resultado extraño hablar de los intangibles en la minería, no porque la industria minera careciera de ellos, sino porque las empresas en general no acostumbraban pensar en sus intangibles.Aunque la minería tradicionalmente ha utilizado y creado activos tangibles, también ha utilizado y generado intangibles en su negocio, haya o no sido consciente de ello. Intangibles como sus conocimientos de geología, metalurgia o construcción; su capacidad para generar joint ventures o ganar procesos de concesión; o los modelos financieros y de procesos que crean. Hoy algunas empresas mineras están, además, viendo en su reputación un activo intangible que debe ser gestionado. Administrar la reputación de una minera es un proceso complejo. Sin embargo, es importante hacerlo para poder desarrollar óptimas relaciones con las comunidades, sus empleados, el Estado y otros públicos claves.Hacerlo implica: (1) Desarrollar un enfoque para comprender las percepciones, temores y expectativas de las comunidades del entorno, sus autoridades y otras audiencias, sobre la minería en general y sobre el proyecto minero en particular; (2) Realizar un análisis interno de lo que la gerencia y los accionistas quieren lograr; (3) Desarrollar una estrategia de comunicaciones para cambiar percepciones erróneas o comunicar planes; (4) Alinear lo que se dice con lo que se hace: lograr que toda la organización trabaje diariamente por crear la reputación deseada; (5) Ello implica diseñar y cultivar una cultura corporativa que asegure que los geólogos, el personal de relaciones comunitarias, de medio ambiente y todos aquellos que interactúan con las comunidades se comporten de acuerdo con ciertos valores que les permitan trabajar con las comunidades como buenos vecinos; (6) Aplicar las lecciones de las empresas de servicios, pensando en las comunidades como clientes y socios para el desarrollo de las regiones; (7) Si todo lo anterior se pone en práctica adecuadamente, se generará un activo que es muy valioso para cualquier empresa o país en general y que es especialmente importante para las mineras, ya que sin él es muy difícil operar: la confianza.Aunque lo anterior suene sencillo, no es fácil de poner en práctica. Sin embargo, es un enfoque que permite ordenar el caos que muchas mineras enfrentan a diario y sienta las bases para establecer relaciones de confianza con los diversos públicos involucrados en los procesos de exploración y explotación minera. Debemos pensar en este tipo de enfoque, como una "maquinaria invisible" que al ser diseñada y al echarse a andar, nos permite obtener un mayor control sobre nuestro destino, y sobre esa sumatoria de decisiones y comportamientos diarios de los empleados que de otro modo no tienen un norte y pueden incluso destruir valor para la empresa sin que siquiera nos demos cuenta.