La postergación aún mayor que van a sufrir las obras de construcción del Gasoducto Sur Peruano (GSP) -debido a que se dejó sin efecto su contrato de concesión por incumplimiento en su cierre financiero- podría retrasar la llegada del gas natural para el Nodo Energético del Sur, lo que podría elevar la tarifa eléctrica, según expertos.Las obras de construcción del GSP, que se iniciaron en mayo del 2015, y tienen un avance del 35%, debían ejecutarse en un plazo de casi cuatro años pues, de acuerdo al contrato, tenían que concluir en marzo del 2019, en que dicho ducto debía iniciar su operación comercial. Sin embargo, los trabajos ya estaban suspendidos desde abril del 2016, y dado que el actual Gobierno planea relicitar el contrato en un lapso entre 9 a 12 meses, la reanudación de dichas obras se daría todavía en el 2018. Carlos Mario Caro, presidente del Comité Eléctrico de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), refi rió que en vista que el Nodo Energético del Sur, que hoy ya está construido, debe suministrar energía de forma regular al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional a partir del 2019, al no tener gas proveniente del GSP para esa fecha tendrá que usar diésel.Considerando el costo mucho mayor de ese combustible, eso a su vez significará un alto impacto en la tarifa eléctrica, apuntó.Las dos centrales termoeléctricas que componen ese nodo (Samay I, en Mollendo, y Engie, en Ilo), tienen un sistema dual que les permite operar con gas natural y con diésel, y actualmente se usan como reserva fría, es decir, para enfrentar emergencias ante cortes del suministro regular.