El Gobierno aprobó a inicios de enero la creación del Fondo de Adelanto Social (FAS), como una medida para recobrar el impulso a la inversión en proyectos extractivos y reducir la conflictividad social.Este mecanismo -forma parte del paquete de facultades legislativas brindadas por el Congreso- financiará obras como colegios, postas médicas, pistas o viviendas en las zonas adyacentes a los lugares donde se desarrollen proyectos de inversión privada (mineros, energéticos o de infraestructura) durante la etapa previa a su construcción. Este fondo fue anunciado por el presidente Kuczynski durante la pasada campaña electoral.El Comercio intentó obtener mayores alcances sobre el funcionamiento del FAS; sin embargo, el Ministerio de Energía y Minas no brindó la información requerida. Solo se sabe que los detalles del FAS serán explicados mediante la emisión de decretos supremos. Aún quedan aspectos por detallar, como la priorización de las zonas que se beneficiarán. Dicho aspecto sería clave para acelerar las inversiones en cartera. Cajamarca y Apurímac -que concentran el 44% de la inversión minera para los próximos años- figuran dentro del tercio más pobre. La primera ostenta también el índice de pobreza extrema más alto en el país (20% de la población).La situación es más crítica en las provincias donde se ubican los principales proyectos. En Cotabambas -que además de la mina Las Bambas alberga inversiones adicionales por US$4.800 millones- bordea el 70%.La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía estima que la implementación del FAS permitiría la reactivación de proyectos mineros por US$7.000 millones al 2018.