El escándalo que quisieron desatar los humalistas al presentar unos correos electrónicos entre los fujimoristas Daniel Borobio y Vicente Silva Checa, implicando a Alan García, se va desbaratando poco a poco. Esto no sólo porque los presuntos involucrados han negado haber tocado el tema político en sus comunicaciones, sino también por las contradicciones en que han caído los propios nacionalistas.Los humalistas Gonzalo García Núñez y Carlos Tapia, que inicialmente dijeron que las copias les llegaron en sobre cerrado, ayer afirmaron que se las entregó un contacto que trabajó en el Consejo Nacional de Inteligencia y colaboró con la Procuraduría. Más aún, Tapia afirmó que los citados correos estaban en poder de la Procuraduría Ad Hoc desde hace una semana, pero el titular de esa entidad, Antonio Maldonado, lo desmintió y aseguró que la copias recién le llegaron el lunes por la noche. Explicó que ayer puso los documentos en conocimiento de la Fiscalía.