La vigencia, a partir de mañana, del nuevo registro de ingresos y salidas de los centros de labores podría causar problemas a las empresas e incluso a los trabajadores, debido a la rigidez del decreto aprobado por el Ministerio de Trabajo. El laboralista Jorge Toyama sostuvo que esta norma tiene la buena intención de corregir el problema del sobretiempo no pagado, pero hay el inconveniente de "pasar al extremo de la formalidad", a través de un control que será difícil de poner en práctica.Entre los puntos cuestionados está la presunción absoluta de sobretiempo si el trabajador permanece más de una hora en su centro de labores, luego de cumplir su jornada. "Con esta norma, un trabajador no podrá quedarse en el centro de labores para estudiar inglés o capacitarse, porque será hora extra, y tampoco podrá quedarse en la oficina para temas personales, como avanzar su maestría o usar Internet para una tarea de su hijo", señaló Toyama.