Entrevista a Abelardo De La Torre Villanueva, jefe de la ANA.¿Cuál es el significado de que el año pasado se hayan entregado 5,865 licencias por derechos de uso de agua en el ámbito agrario y 310 licencias para utilizar el líquido en el consumo humano a igual cantidad de centros poblados?Este tema es importantísimo. Es necesario formalizar los derechos de agua, porque es la forma legal de ordenar el uso del líquido que siempre será escaso y que se necesita hacer eficiente. En el Perú, debemos formalizar a 2’600,000 usuarios y tenemos ahora 780,000. Falta todavía mucho trabajo por hacer. Este es un avance de la ANA, pues antes no había formales. Ellos no pasaban de 30,000. En esta labor establecemos cuánto de agua le corresponde a cada tipo de usuario en forma documentada. Así, evitamos también los conflictos entre ellos, porque cuando hay desesperación por el agua siempre alguien le exigirá al otro dónde están sus derechos. Eso ha estado ocurriendo entre los que la utilizan en sus casas y el campo, pero se está superando con la formalización. Estamos trabajando intensamente, es una misión de la ANA llegar a concluir esta formalización en dos años. Hemos adoptado formas más eficientes para lograrlo. El usuario agrario, por la cultura peruana, en general, es reacio a la formalización, pero ha ido aprendiendo que gana mucho y está cooperando más. Las comunidades participan muy entusiastas en formalizar sus derechos.