En el distrito de Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión, La Libertad, está el cerro El Toro. En ese lugar dominado por la minería ilegal no es extraño que la gente muera sepultada en socavones, golpeada por una piedra tras una explosión o por un balazo. En El Toro la muerte es cosa de todos los días.La extracción irracional de oro en El Toro empezó en el 2000. Hoy, los mineros ilegales han destruido las faldas y la parte central del cerro con socavones y docenas de pozas de cianuro. En la cima, empresas formales sacan el metal a tajo abierto y algunas han sido denunciadas por contaminar el ambiente y dañar escuelas. El Toro es el punto más emblemático de la minería ilegal de La Libertad. Ahí se ha desatado un conflicto entre la minería informal y la formal por el dominio de la tierra, según un informe de la Gerencia Regional de Desarrollo e Inclusión Social, al que El Comercio tuvo acceso. Asimismo, reportes policiales indican que en el lugar también confluyen mafias de narcotraficantes.El Toro está a 3.580 metros sobre el nivel del mar y a 3,5 kilómetros de la Plaza de Armas de Huamachuco, capital de la provincia. Llegar a él no es difícil por distancia. Sí lo es por las tranqueras y vigilantes armados que impiden el ingreso de extraños al cerro. En El Toro, El Comercio encontró a Carlos, un minero de unos 40 años. Él acababa de salir de un socavón en el que respiró tóxicos. "No importa si muero en tres años, mientras deje algo los míos", dice. Según el informe de la gerencia regional, mineros ilegales relativamente jóvenes llegan a menudo al hospital de Huamachuco. Ahí se les diagnostica tuberculosis y neumoconiosis (una enfermedad producida por la infiltración de minerales en el aparato respiratorio).