Desde el 1 de enero del año entrante se reducirá el encaje aplicado a los nuevos depósitos en dólares, de 70% a 48%, según lo dispuesto por el Banco Central de Reserva (BCR). Ello implica, en la práctica, que de cada US$ 100 en depósitos que ingresen al sistema financiero, las instituciones podrán destinar hasta US$ 52 al otorgamiento de créditos. Esta medida busca dar mayor facilidad para prestar y, sobre todo, compensar la elevación de costos de financiamiento en moneda extranjera que se observó en las últimas semanas, dijo el jefe de Estudios Económicos de Scotiabank, Mario Guerrero. Según el ejecutivo, las corporaciones y grandes empresas que usualmente necesitan financiar en dólares sus proyectos de inversión a mediano plazo, de cinco a siete años, se beneficiarán.