A escasos seis días de la segunda vuelta electoral, las encuestas de El Comercio elaboradas por Apoyo S.A. nos hacen prever que volveremos a tener unas elecciones tensas. Si bien en la encuesta de intención de voto las cifras no varían mucho y mantienen a García con diez puntos sobre Humala, la encuesta de simulación de votación reduce esta diferencia a solo cuatro puntos. Habría, pues, un significativo voto escondido y deberemos aguardar hasta el próximo domingo 4, para ver realmente cómo se comporta.Hay, por otro lado, un importante volumen de personas (13%) que señala que votaría en blanco o viciaría su cédula de sufragio, mientras que un 7% no precisa aún por quién votará.¿QUÉ PIDEN LOS INDECISOS?Es claro que este 20% de indecisos está formado por muchos electores que se quedaron sin candidato luego de la primera vuelta. Hoy sabemos que 9% expresó (al momento de ser encuestado) que ya decidió votar en blanco o viciado, pero el resto está en duda. Corresponde atender a los requerimientos de este último grupo que, entre otras exigencias, pide más compromisos de fondo y menos golpes bajos en la última curva electoral.En el caso de García, todo indica que el factor credibilidad es trascendental para generar las adhesiones que necesita. Si bien ha explicado su política económica, no ha exhibido al potencial grupo de técnicos que lo acompañará en el MEF. ¿En quiénes ha pensando, por ejemplo, para ministro de esa y otras delicadas carteras?Además, no parece haber convencido totalmente a ese tercio de votantes que se quedó sin candidato. Parecería haber asumido, graciosamente, que votarán por él. Pero, a la luz de las encuestas, se va demostrando que requiere hacer mucho más para realmente convencerlos. El Comercio sugirió algunos cerrojos que garantizasen a este tercio que el Apra no cometerá los mismos errores y excesos de antaño. Pero, aparentemente, García habría decidido que ello no le era necesario. Deberá ahora repensar esa posición.En cuanto a Humala, sus arrestos autoritarios no gustan, tampoco los de sus más cercanos colaboradores, envueltos en escándalos, insultos e incluso en ciertas manifestaciones homofóbicas. Tal ha sido la confrontación que han generado que el candidato de UPP arrastra una preocupante etiqueta: se lo responsabiliza de haber violentado la campaña electoral, con el peligro de anularse a sí mismo como una confiable alternativa presidencial democrática.Apertura democrática, alejarse del eje Castro-Chávez, menos confrontación en lo que dice y hace, y control sobre sus huestes partidarias le harían bien a su candidatura y también al clima político del país.Los candidatos deberían asegurarnos en esta última semana mayor confianza, credibilidad y sobre todo gobernabilidad, entendida como la necesidad de asentar las bases de un sistema de convivencia políticamente sólido y estable, que permita a quien salga elegido gobernar adecuadamente y en paz.Para eso los ciudadanos debemos sufragar con suficiente conciencia cívica, a fin de elegir a quien presente la mejor propuesta respecto a nuestras demandas más importantes. En tanto, los candidatos deberán convencer a sus votantes que deben ser elegidos no por ser el mal menor, sino por ser el bien mejor. Los candidatos deben demostrar también que nos garantizarán una vida democrática plena, fortalecerán los DD.HH., consolidarán las instituciones, los partidos, la sociedad civil, y contribuirán a extender una nueva cultura de inclusión social que haga a todos los peruanos partícipes de la construcción de nuestro futuro, como una nación más unida y equitativa.