La idea de masificar el gas de Camisea fuera de Lima e Ica empleando camiones cisterna, fue lanzada en el 2012. Este esquema priorizó tres proyectos: la masificación en el sur (a cargo de Fenosa), la masificación en el norte (bajo responsabilidad de Promigas) y la masificación en diez ciudades alto-andinas (por parte de Graña y Montero). Todos estos proyectos debieron iniciar operación comercial en el 2015, pero dicha previsión nunca se cumplió, debido a que sus operadores se toparon con problemas logísticos y de ‘permisología’, que el nuevo gobierno ha puesto énfasis en resolver.Así ocurrió con los proyectos de masificación en el sur y norte del país. En este caso la traba fue la demora en la construcción del cargadero de camiones en Pampa Melchorita (propiedad de Perú LNG), componente indispensable para proveer de gas natural licuado (GNL) a las flotas de ambos operadores. Gonzalo Tamayo anota que esta traba fue resuelta gracias a la presión que el MEM ejerció sobre los encargados de construir la infraestructura.Tanto Fenosa como Promigas prevén, ahora, iniciar operación comercial a partir de abril del 2017.En cuanto a la concesión en diez ciudades altoandinas, Tamayo refiere que el impasse ha sido convenientemente solucionado para el Estado y GyM, pues ambas partes han concluido de buena forma el arbitraje que mantenían. "Eso significa que el proyecto puede ser relanzado con otro operador", remarca.Todo hace ver que el 2017 podría ser un año de figuración para el gas natural. Pero también será un año de retos, pues tanto el estado como los distribuidores comerciales deberán tomar las medidas necesarias para iniciar una verdadera masificación, que consiga que el gas se haga presente en la mayoría de los hogares peruanos.